¿Por qué las maletas de los hijos siguen en casa?

Publicado por Kamyno en

Ayer hablaba con una amiga que tiene dos hijas de 16 y 19 años sobre la incertidumbre que existe a la hora de elegir optativas en los estudios y definir el futuro profesional  para nuestros hijos.  La mayor está estudiando Biología,  la pequeña empieza el Bachiller y no tiene nada claro que hacer cuando termine, no tiene ilusión porque piensa que al finalizar los estudios no va a encontrar trabajo y total, para qué esforzarse…

Hay una importante preocupación sobre las salidas profesionales en este momento de crisis que vivimos y reflexionábamos sobre como en los años 80 y 90 también hubo grandes dificultades, huelgas generales, paro, desencanto laboral…

Creo que estamos viviendo un momento de confusión, por un lado noticias preocupantes, telediarios angustiosos, crisis, violencia… Y al mismo tiempo nuestro nivel de vida es infinitamente mejor del que pudieron tener nuestros padres y  abuelos, aunque no seamos del todo conscientes de ello en el día a día.

La semana pasada leía una información en un periódico local donde se relataba que una famosa playa gallega no había conseguido obtener la bandera azul ante la imposibilidad de contratar socorristas por falta de candidatos. También me encontré con una persona que no encontraba candidato para cubrir una baja en un puesto de oficial de peluquería porque los entrevistados no querían trabajar por las tardes en verano…

¿Qué nos está pasando? Creo que por primera vez las generaciones venideras tienen peores expectativas profesionales que las de sus mayores y eso provoca desánimo, las condiciones laborales son abusivas en muchos casos y sobre todo hay un mensaje “en off” que invita a la desesperanza. Parece que antiguamente con estudiar una carrera era suficiente, pero ahora, parece que estudios superiores, posgrado, idiomas; no son suficientes para acceder a un puesto de trabajo digno, mientras que futbolistas, tertulianos, blogueros… Triunfan sin apenas esfuerzo para conseguirlo.

Por otra parte los padres estamos sobreprotegiendo a los hijos ofreciéndoles todo tipo de comodidades a las que deberán de renunciar en el caso de abandonar el hogar familiar,  lo que dificulta enormemente la emancipación de la juventud. Y todo ello se convierte en un círculo vicioso que genera malestar y desanimo.

¿Cómo podemos salir de esta situación? Yo invitaría a los Centros Educativos y Asociaciones de Madres y Padres,  a una reflexión sobre el futuro laboral de los hijos. Hemos de incorporar herramientas desde la infancia y la adolescencia para que los jóvenes de hoy puedan estar protegidos ante las nuevas demandas de los sistemas de trabajo. Hay que educar a los jóvenes además de en el aprendizaje de conocimientos, en inteligencia emocional, valores,  generación de talento y desarrollo personal  para el futuro, herramientas  imprescindibles para el entorno cambiante en el que nos encontramos.

hijos

Elena Aparicio Hermosilla

Psicóloga Colegiada G-4887

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