Que los Pokemon no te cacen.
Este verano he asistido con sorpresa al “Mundo Pokemon”, mis sobrinos de 13 y 7 años me explicaban conceptos sobre “Realidad Aumentada” (RA) con una familiaridad asombrosa y mi sorpresa no podía ser mayor. Vaya de antemano que soy una persona familiarizada con la informática, internet y nuevas tecnologías.
Busqué información detallada y descubrí que básicamente la RA es una tecnología que mezcla la realidad y le añade lo virtual. En el mundo virtual nos aislamos del mundo real pero en la RA mezclamos ambas realidades. Mi primer pensamiento fue: “Como si no tuviéramos ya bastante con el mundo real hemos de añadirle virtualidad, tal vez para maquillarlo o disfrazarlo o no querer conocerlo realmente”. Después pensé, solo conociendo a lo que nos enfrentamos podemos elegirlo, descartarlo o protegernos de ello.
Es por ello una obligación para todos los adultos con responsabilidad sobre menores estar informados y tener conocimientos sobre algo que nos era ajeno y que ellos manejan de forma natural desde edades muy tempranas.
Por si a estas alturas alguien todavía no sabe cómo funciona el “Mundo Pokemon” os explico que la cosa consiste en “cazar” muñequitos virtuales que se encuentran en diferentes zonas de nuestra ciudad (calles, parques, playas, centros comerciales, aeropuertos…), estos muñequitos aparecerán en la pantalla de nuestro móvil y nosotros tenemos que “cazarlos”. O sea que a la realidad (por ejemplo una placita de mi ciudad) le ponemos elementos virtuales (un muñequito esperando ser “cazado” y lo observamos a través de nuestro móvil con el que le damos captura usando una “pokebola”, eso sí, una vez capturados, hemos de entrenarlos para que luchen entre sí. Además existen “gimnasios virtuales” para “entrenar” a nuestros Pokemon. (Puedes encontrar más información en este artículo de El País: Guía para entender por qué todo el mundo se ha vuelto loco con Pokémon Go )
Encuentro una ventaja frente a los videojuegos tradicionales y es que al menos mueven al jugador del sofá a la calle y quizá ayude a disminuir el sedentarismo.
Sin embargo me asaltan muchas dudas acerca de los riesgos que este “entretenimiento” puede traer consigo:
El primero y más evidente es que “distraídos” de la realidad podemos adentrarnos en zonas de peligro e incluso perdernos por la ciudad, sobre todo si estamos pensando en los jugadores más jóvenes. También tenemos más posibilidades de sufrir accidentes como tropiezos o más graves, como atropellos o caídas a nivel en lugares en los que no hemos sido capaces de fijar nuestra atención
Otro factor a tener en cuenta es que estamos dejando de vivir plenamente el mundo real, dejamos de contemplar el paisaje, los rincones de la ciudad, nuestros parques, para verlo a través de la pequeña pantalla de nuestro teléfono. Algo parecido está pasando cuando en lugar de asistir disfrutando de un concierto, nos dedicamos a grabarlo con el móvil o al fotografiar compulsivamente los monumentos cuando caminamos como turistas en un lugar desconocido. Nos estamos perdiendo el disfrute real.
Existen otros tipos riesgos psicológicos, tales como confundir la REALIDAD con esta RA y producir confusión, los más pequeños ante el abuso de estas formas de tecnologías pueden llegar a perder el contacto con la realidad. En la consulta, empezamos a encontrar niños más sensibles hacia las imágenes que hacia las personas de su entorno.
Estos productos están pensados y diseñados para personas mayores de 15 años, es conveniente que tanto los padres como los educadores establezcan las normas que eviten los excesos y para ello es importante que los adultos conozcamos estos productos y seamos capaces de controlar el entorno de los menores.
Una recomendación básica para el uso general de las nuevas tecnologías, es que los aparatos con conexión a internet (tabletas y ordenadores) se encuentren en zonas comunes y no en las habitaciones de los niños y que su uso sea acompañado siempre por los adultos.
Otra recomendación sería no regalar aparatos con conexión internet a los menores. Es mejor que se les permita utilizar aparatos puestos a disposición de los niños, pues de este modo no violaremos su intimidad cuando queramos controlar su uso. La propiedad de los aparatos con conexión a internet solo debería ser otorgada cuando los adolescentes cumplan la mayoría de edad.
Y desde luego nuestro ejemplo es la mejor enseñanza, no será posible educar en un uso adecuado si los mayores tenemos conductas inadecuadas del uso de los teléfonos, tabletas y ordenadores.
Existen páginas especializadas donde podéis consultar sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías tales como: Pantallas Amigas
Tengamos en cuenta que las Nuevas Tecnologías no son buenas ni malas por sí mismas, será el uso que hagamos de ellas las que las conviertan en herramientas de desarrollo o instrumentos de conflictos.
Elena Aparicio Hermosilla
Psicóloga Colegiada G-4887