El cambio siempre parte de ti
Pasó el domingo electoral, para algunos de vosotros habrá sido una sorpresa, para otros un buen resultado o tal vez lo esperable, para alguien quizás un desastre o el mejor o el peor de los desenlaces posibles. Seguro que cada uno de nosotros lo hemos vivido y sentido de una forma diferente, pero nada de lo que pase fuera va a cambiar nuestro estado interior.
El lunes, después de apagar el despertador y con la pereza propia de los lunes, habremos empezado con nuestras tareas cotidianas, habremos continuado buscando ofertas de trabajo, redactando informes, atendiendo clientes, habremos bajado a dar nuestro paseo matutino con el perro, llevado el coche al taller… y así sin darnos cuenta nos hemos puesto en el jueves y ¿qué ha cambiado? Probablemente nada dentro de nosotros, ¿o si…? Algunos otros hemos podido tener decepciones, pérdidas, sinsabores, puede que un ser querido haya partido para siempre o tal vez hayamos recibido una noticia ingrata. También cabe la posibilidad de haber encontrado trabajo o haber recibido un aumento de sueldo, o noticias de esa persona querida y esperada.
Ya es jueves y solo hay una realidad, lo que nos está ocurriendo en este momento. No depende de nuestros políticos, ni de las coaliciones y alianzas, ni de las noticias de los telediarios, ni de los comentaristas de prensa y radio. Depende de cómo nos enfrentemos a lo que nos está pasando para obtener unos resultados u otros.
Ahora vamos a centrarnos en nosotros, en nuestro día a día…
No esperemos un resultado positivo en nuestra vida teniendo una actitud negativa. Apaguemos las voces de fuera y escuchemos nuestra voz interior. ¿Estamos en la queja? La negatividad debilita nuestro sistema inmunitario y nos vuelve vulnerables. La negatividad nos apaga y consigue que sean los otros quienes lleven las riendas de nuestras vidas. No lo permitas. ¡Sal de la queja y actúa!
No convirtamos nuestras dificultades en barreras, busquemos soluciones y si no las encontramos, pidamos ayuda, no es tan difícil, confianza es la clave, confianza ¿en quién? En nosotros mismos. Solo tú puedes hacer algo por ti, lo único que diferencia un buen momento de un mal momento es “el cómo te lo tomas”, puedes lamentarte, indignarte, tirar la toalla, instalarte en el victimismo y el desánimo…¿para qué? para que de verdad nada cambie.
También puedes parar, analizar, observar, sentir, escuchar, y sobre todo, escucharte, preguntarte ¿qué necesito?
Puedes aceptar lo que está ocurriendo sin rendirte, buscando algo dentro de ti que te permita salir de la situación en la que te encuentras.
Y recuerda: SOLO TÚ PUEDES HACER ALGO POR TI.
Autora:
Elena Aparicio
Psicóloga Colegida G-4887